José Carlos Galisteo Matas
No pasaran 90 días para volver a verme alrededor de la trasera de Jesús de la Victoria, si pasaran para ver vestir el paso con faldones y flores, olivo, palmas y Señor de la Victoria a lomos de la Borriquita.
El sabe y yo también que si no hubiera sido así, no hubiera pensado así, las cosas no habrían salido así……., salieron como tenían que salir cuando un chaval de 17 años se compromete a apretar mucho, pero a apretar poco. Fácil para el que no ve más que un traje negro con corbata, difícil y comprometido para los que saben que bajo ese traje hay responsabilidad de muchas vidas bajo los pasos, responsabilidad de saber enseñar y saber aprender, responsabilidad de hacerse hombre alrededor de los pasos y en cambio querer mejor pasear misterios llenos de Eucaristía y chicotas de gozo y disfrute, de relevos y buenas bandas. Bendita locura que me cegó a no saber ver que me pedían o que me ofrecían.
Aun en apariencia mayor de lo que soy, no era más que un chiquillo con ganas de ser un buen aprendiz de COSTALERO, lo del traje era más un juego que se me escapaba de las manos, si realmente hubiera aguantado seguir alrededor de aquella trasera, realmente hubiera sido ese chaval de aspecto mayor de lo que era, habría tenido el valor de devolver la oportunidad ofrecida a base de aprender y enseñar desde la trasera de aquel paso.
Y Señor de la Victoria, después de estos años de vueltas y km, después de no vivir como se ponen de punta todos los pelos del cuerpo a una misma vez, como si de una levanta en seco se tratase, a la hora de escuchar el bendito Himno Nacional cuando atraviesas tu puerta. Después de pasar días de malas horas y tras darme cuenta que no me ofrecían más que el aprender de la mano de una gran persona y buen maestro…. Porque no volver sobre mis pasos y devolver bajo tus pies la oportunidad bendita de aprender un gran oficio, incomprendido por muchos y envidiado por otros muchos.
Este año, volveré a esa trasera bendita que sabe empujar cuando es necesario y sabe manejar los cambios que manda un tocayo desde los adentros de tu paso. Una trasera de poco joven y algún que otro veterano de 1000 batallas costaleras, granainas y almerienses.
Señor de la Victoria, dispuesto a enseñar a quien quiera aprender y a seguir aprendiendo de quien me quiere seguir enseñando.
Nos volveremos a ver el 5 de Febrero a las 16:00h cuando tu cuadrilla acuda a la igualá para pasearte en la bendita mañana de trajes y palmas.
Un abrazo y gracias a Francisco Javier Giménez (el Latas) por volver a confiar en mí para la cuadrilla de Ntro. Padre Jesús de la Victoria.
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