Días de noviembre en que una visita a verte es un regalo autentico, se puede hablar tranquilo, no se escuchan los pelotazos de los individuos imberbes de la calle y casi que no apetece el fresquito que hace en tu capilla, pero....... solo verte, observarte, rezarte, hablarte...... hace que torne la tarde en la mejor de ellas.
Días de noviembre en que una visita a verte es un regalo autentico, se puede hablar tranquilo, no se escuchan los pelotazos de los individuos imberbes de la calle y casi que no apetece el fresquito que hace en tu capilla, pero....... solo verte, observarte, rezarte, hablarte...... hace que torne la tarde en la mejor de ellas.
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