Es difícil de explicar o difícil de entender….o no.
Bueno yo simplemente expresare lo vivido y lo que para mí se queda.
Una tarde cercana a la cuaresma con mi amigo Juan o Juanillo, hablando de esta bendita afición y de lo bonito de pasear a Dios y a su Madre comentamos a modo medio de guasa….
-Oye, ¿me vengo a la Buena Muerte y tú te vienes a la Esperanza?
-Vale, pero yo no te digo que año iré a la Esperanza…..
-Bueno…. El caso es que vayas.
Así quedo la cosa, y el día de la igualá allí estaba yo, la cuadrilla me acepto de una manera hasta ahora nunca vista, cariñosamente y con mucha guasa, conocía a muchos de los integrantes de otros lares pero en su hábitat natural he de reconocer que son formidables.
Total, que me fui haciendo un hueco entre ellos, he de reconocer que no siempre supe devolver lo bien que me habían tratado pues yo ensayaba el mismo día con la cuadrilla de la Esperanza, y a la hora de decantarme siempre caía la balanza hacia el lado de la Esperanza.
Tan mal me porte que el Señor me castigo y la primera jugada fue, dejarme las lentillas en mi casa y dirigirme al cuartel de los soldados con las gafas, craso error para cargar bien. La segunda jugada es que después de todo la parafernalia de ponerme la chapa de identificación, pasar al cuartel, hacerme la ropa…… coger la tarjeta de relevos, buena por cierto, justo cuando el Señor iba a cruzar la barrera de seguridad……….se lía a llover, media vuelta y a descansar debajo del toldo, yo lo mire y tras aguantar unos instantes frente a Él me resigne, no había nada que hacer, solo esperar otro año a los ensayos…..pero claro con el correspondiente cachondeo de la cuadrilla diciendo que yo era el gafe de la misma.
Año siguiente, me la jugué muchísimo en los ensayo creo que solo hice 2 y la mudá y claro el Jueves Santo, ya desde el Museo de la ciudad y con los relevos merecidos por los ensayos a los que asistí, salimos, todo genial, el Stmo. Cristo de la Buena Muerte, andando del carajo, un ambiente debajo del paso estupendo y cuando llegamos a Pedro Jover……..poomm morrillazo y a echar a correr que esta cayendo agua pa to el año.
Después de salir del paso, consolar a los amigos y etc. Me mire no con el Señor si no con el Señor capataz D. José María Campos y le dije, mira me empiezo a creer esto del gafe, el año que viene mejor no cuentes conmigo…..
Su contestación fue sublime, corta, clara y concisa, un dedo levantado al aire, si, ese dedo que todos hemos levantado alguna vez cuando algo no nos gustaba o cuando queríamos mandar a alguien a freír espárragos.
Total que al año siguiente, por fin los ensayos de la Esperanza y Buena Muerte no coinciden y hago todos. Como un señor.
Llega el Jueves Santo después de una noche de pelea en la Esperanza y con unas ganas tremendas de pasear al Señor por Almería, el Sol lucia y José María se retrasaba para dar los relevos, total que todo iba perfecto.
El Señor salió, se paseo elegantísimamente y volvió al Museo que le acoge para su salida de cada año.
Yo lo volví a mirar como el primer año y creo que me dijo…… ¡¡¡¡ASI SI!!!
Total que satisfecho por el trabajo realizado me voy a ver la Madrugá que es lo que toca.
Pasan los meses y por el mes de septiembre en un café, Alejandro Suarez me invita a irme con él, como contraguía del paso de misterio del Descendimiento.
Me lo tengo que pensar, le dije…..
En diciembre y viendo las fechas vi que no lo podía dejar más y pensé, a mi me gusta sacar los pasos como costalero, pero también quiero aprender el oficio de mandar y guiar los pasos por fuera.
Era una decisión difícil, que sabia y sé que gente no la entenderá, pero que estaba tomada.
Tras comunicárselo a José María Campos, bueno, intentar hablar con él es casi imposible, pero bueno gracias a Dios y a los buenos amigos todo es posible, y aunque mantengamos ese café, el en una visita fugaz y no planeada a mi trabajo, me hace saber que lo entiende y que se alegra. Cosa que le agradezco porque en Almería perder a un costalero no es un regalo ni mucho menos.
Total, que en unos días comenzare como contraguía del Descendimiento, para seguir creciendo por fuera sacando un misterio de una gran Hermandad como es el Silencio.
Por supuesto no lo voy a pasar mejor, pero tampoco peor, solo va a ser distinta mi función, como distinta es la Hermandad.
Solo espero de corazón que Angustias, siga por el camino que ha cogido y que el Señor siga teniendo gente, tanto en los ensayos como el Jueves Santo. Que cuando yo pase por el Cubo sabré que Él viene detrás, con su paso elegante y refinado, digno de los Señores, que Él lo es de la Almedina y disfrutara como disfruta siempre con su gente de verdad y de corazón. Porque el que entra en esa cuadrilla o la conoce, sabe que quien entra es de corazón y el que sigue en ella está por convicción absoluta de que siente a su Señor de la Buena Muerte.
SIEMPRE POR ÉL.
STMO. CRISTO DE LA BUENA MUERTE.
Comentarios